Los leones de Barracas y la tragedía de los Díaz Vélez

Hoy domingo por ser un día gris en Buenos Aires les voy a contar una de las leyendas mas trágicas ocurridas durante el Siglo XIX y que hasta el día de hoy suenan por el barrio de Barracas.

Sobre la calle larga que antiguamente unía el Puerto de La Boca con el centro de la ciudad, hoy llamada Montes de Oca, se encuentra una antigua casona de estilo francés que antiguamente pertenecía a un rico terrateniente de Buenos Aires, Eustoquío Díaz Vélez, el cual se había casado con una sobrina suya, varias años menor que él y había tenido varios hijos.

La leyenda comienza cuando Eustoquio decide traer de Europa leones para que cuiden su jardín y su casa, no fue el único, en otras mansiones de Buenos Aires los ricos solían darse estos gustos extravagantes sin darse cuenta del peligro que corrían. Al parecer el Sr. Díaz Vélez tenía cierta obsesión con estos animales ya que estatuas de los mismos adornan su casa por todas partes.
Solo los soltaban por las noches mientras que de día los tenían en jaulas construidas específicamente para ellos.

La tragedia llego el día del casamiento de su hija, el cual se celebro en los jardines de este hermoso palacio,al mismo concurrió toda la aristocracia porteña y hasta la peonada de los campos se hizo presente al ritmo de una banda que no paraba sonar y mientras todos estaban brindando y festejando uno de los leones se escapo y fue directo al cuello del joven novio, matándolo ante los ojos de todos los invitados, el único que reacciono fue Don Eustoquio que con un tiro certero derribo al león.

Su hija al poco tiempo se suicida al no poder soportar la perdida de su amado y su padre se encierra en la casa para nunca mas salir.

Según cuentan al día de hoy nadie quiere permanecer mas de una noche en este palacio, los gritos, llantos y cadenas que se escuchan atormentan a cualquier residente de esta vieja casona del Barrio de Barracas.

Muchos sostienen que esta leyenda no es cierta ya que no existen noticias de la época que informen sobre esta tragedia y que la leyenda nace de las estatuas que rodean la casa.Quedara en cada uno creer o no la historia, yo por lo pronto decido quedarme con la duda y no me animaría a pasar una sola noche dentro de este hermoso palacio.